PUNDONOR, DIGNIDAD EN LA LUCHA
POR EL PODER
La lucha por el poder, la de los negros al poder, para
ser digna y erguida, debe ser mano a mano, aún si se nos antoja difícil por
abyectas talanqueras de raza y clase; sin leyes placebo ni espacios de poder indignamente
regalados; el Negro Robles en el siglo antepasado a los 27 años ya había sido
Ministro de Hacienda en el gobierno de Aquileo Parra y antes de cumplir 50 años, Presidente del Estado del Magdalena,
Director General del Liberalismo, Representante a la Cámara mientras existieron
los Estados Unidos de Colombia; se dio el lujo de luego volver a ser
Representante esta vez por el Departamento de Antioquia cuando los cambios
políticos en nuestra patria decantaron en que del Estado Federal pasásemos a República
Unitaria apareciendo la entidad territorial del departamento; y de contera,
como desde 1884 la nación se encontraba gobernada por Rafael Núñez que se había
convertido a conservador, esta colectividad que poco a poco se estableció como
monopolio del poder, dejó al Negro Robles como el único liberal del congreso;
éste no se arredró, e incluso, historiadores son enfáticos en asegurar que fue
el político más connotado de su época; por
eso, insisto, sólo asaz educación, mística, amor y convicción por lo que se
hace, nomás se necesita. Estas letras fluyen cuando conmovido mi espíritu y mi
alma de negro escucho a un representante
de este gobierno, con cinismo supino, como tantos otros, por enésima vez, contemplar la posibilidad dizque de saldar la
deuda histórica con los afros, implementando ofensivas leyes de cuotas, líneas
de crédito para negros; infamantes cupos de participación política e incluso un
afrentoso y medio estalinista enfoque diferencial y un definitivamente nazi
certificado de responsabilidad étnica; habrase visto, le faltó pronunciar gueto
y hubiese puesto en escena su disposición a plantearnos, en concreto, un
humillante régimen de apartheid. FARSANTE
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