Con esa exactitud tan
característica de la ciencia, corren los relojes de la vida de la gente, pero esos relojes de vida andan despacio en
cuanto a esta bendita tierra se refiere; y con ese tictac, lento y a cuestas,
se levanta Arturo un tumaqueño, que astuto y vivaz saca ventaja de la modorra
colectiva omnipresente; el vende ilusiones todo el día, ofrece el chance de la
vida, lotería; y siguió aquel tictac con la confianza de un sherpa baquiano
allá en el Tíbet, pero olvidó que es Colombia lo que pisa y ese tictac acá no
da la hora, ese tictac en esta tierra es una bomba.
Henry Cabezas Díaz
Concurso Cadena Ser España
Microrelatos en cadena 100 palabras
No hay comentarios:
Publicar un comentario